Un paraíso para los amantes de la antropología
Guinea Bissau constituye un crisol de etnias muy diversas, que comparten una riqueza inaudita en materia de tradiciones, culturas e incluso idiomas. Sin embargo, esta pequeña nación de África Occidental es un tesoro inexplorado.
Para la etnógrafa rumana Mariana Tandler Ferreira, que estuvo viviendo en Guinea Bissau durante más de 30 años, su asombrosa pluralidad es un diamante en bruto que atrae el interés de antropólogos de todo el mundo.
Otro aspecto relevante de las etnias de Guinea Bissau es la armonía que reina entre todas ellas. Una concordia que no quita que existan grupos étnicos que son considerados como dominantes (los balanta, los fula, los manjaco y los mandinga), frente a otros menos dominantes aunque igualmente interesantes (los papeis, los nalus, los beafadas y los bijagó).
Grupos étnicos dominantes
Entre los grupos étnicos dominantes Mariana, que ocupó el puesto de supervisora del proyecto Orango Parque Hotel durante muchos años, destaca cuatro: el de los balanta, los fula, los manjaco y los mandinga.
Los balanta
El de los balanta es el grupo étnico más numeroso de Guinea-Bissau, y a él pertenece cerca del 30% de la población. El nombre balanta significa «aquellos que resisten», evocando el espíritu tenaz e incansable de su gente. Pero ante todo son conocidos como los dueños de la tierra, gracias a la profunda y respetuosa conexión que mantienen con la naturaleza y con sus antepasados. Destacados pescadores y agricultores, es en los exuberantes campos de arroz de Guinea Bissau donde reside el alma balanta.


Los fula
En el caso de los fulas, o fulani, que representan al 20% de la población de Guinea-Bissau, se distribuyen por toda África Occidental. Se trata de un grupo étnico nómada, marcado por la fluidez y la movilidad de su gente. Forman una sociedad muy jerárquica, fuertemente arraigada al mundo de la ganadería y a los pastos. Otro elemento propio de los fulas es que tienen al Islam como religión dominante, y tejen con él historias que unen fe y tradición mientras recorren el país con sus animales.
Los fula
En el caso de los fulas, o fulani, que representan al 20% de la población de Guinea-Bissau, se distribuyen por toda África Occidental. Se trata de un grupo étnico nómada, marcado por la fluidez y la movilidad de su gente. Forman una sociedad muy jerárquica, fuertemente arraigada al mundo de la ganadería y a los pastos. Otro elemento propio de los fulas es que tienen al Islam como religión dominante, y tejen con él historias que unen fe y tradición mientras recorren el país con sus animales.

Los manjaco
Cerca de la costa, en las regiones ocupadas por manglares, encontramos al pueblo manjaco, que representa alrededor del 14% de la población de Guinea Bissau. La vida de sus habitantes está muy ligada al agua y a la tierra, haciendo que su economía esté basada principalmente en la agricultura y en la pesca. A nivel social, se distribuyen en clanes matrilineales. Su universo está fuertemente influenciado por el animismo, donde los espíritus de la naturaleza y los ancestros juegan un papel vital.


Los mandinga
Por último, pero no menos importante, están los mandinga, etnia a la que pertenece cerca del 13% de la población guineana. Forman parte de un grupo étnico que se extiende por otras regiones de África Occidental, dónde son conocidos y respetados por su habilidad en el comercio y la artesanía, y por su rica tradición musical y oratoria. Estructurada en castas, la sociedad mandinga tiene como religión principal el Islam, un elemento que ejerce de unión entre muchas de las etnias del país.
Los mandinga
Por último, pero no menos importante, están los mandinga, etnia a la que pertenece cerca del 13% de la población guineana. Forman parte de un grupo étnico que se extiende por otras regiones de África Occidental, dónde son conocidos y respetados por su habilidad en el comercio y la artesanía, y por su rica tradición musical y oratoria. Estructurada en castas, la sociedad mandinga tiene como religión principal el Islam, un elemento que ejerce de unión entre muchas de las etnias del país.

Los bijagó, un grupo étnico muy diferente
Aunque se considera un grupo étnico minoritario, la etnia bijagó es única. Esta comunidad destaca por su cultura y por contar con prácticas socioeconómicas distintas a las del resto de comunidades del país.
Algo muy singular en ellos es la matrilinealidad, una característica que define tanto el linaje como la herencia a través de las mujeres. En el núcleo de la sociedad bijagó, las mujeres desempeñan un papel central, controlando la tierra y manteniendo la propiedad de las viviendas. Esto les da una influencia sustancial sobre las decisiones económicas y comunitarias. Las prácticas pesqueras y agrícolas, esenciales para la economía local, también son realizadas mayoritariamente por las mujeres bijago, quienes también son responsables de criar a sus hijos y cuidar del hogar.


A nivel cultural, el pueblo bijagó es reconocido por su amplia y rica variedad de ceremonias tradicionales, que están interconectadas con su estrecha relación con la naturaleza. Tienen una profunda conexión espiritual con el entorno natural, que se refleja en sus creencias animistas y en una serie de rituales que marcan el paso del tiempo, de las estaciones y de las etapas de la vida.
Al acercarnos al pueblo bijagó y su cultura, debemos recordar que no sólo son receptores pasivos de su cultura, sino también agentes activos de resistencia, adaptación e innovación. Han mantenido vivas sus tradiciones mientras afrontaban los desafíos de la modernidad, el turismo y el cambio climático, reafirmando la relevancia y vitalidad de su cultura.
El Carnaval de Guinea Bissau
En cada uno de los grupos que forman este crisol étnico de Guinea-Bissau encontramos historias de resiliencia, adaptación y unidad. Estas comunidades, aunque distintas, coexisten en una sinfonía de culturas que forman la vibrante melodía que es Guinea Bissau. Cada etnia contribuye de manera única con su propia melodía, haciéndose eco de la rica herencia y diversidad del país.
Una visita a Guinea Bissau va más allá de un viaje físico. Es una auténtica aventura a través de los tiempos, y un mágico recorrido repleto de historias con nombres propios y costumbres centenarias que reivindican un presente lleno de pasado.
El Carnaval de Guinea Bissau brinda la oportunidad de acercarse a los principales grupos étnicos del país a través de sus tradiciones, ya que muchas de ellas participan en los desfiles de la capital. Ataviados con sus trajes típicos y sus máscaras singulares, protagonizan danzas ancestrales que hablan de un pueblo lleno de distintas sensibilidades.
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