Máscaras representativas de todas las etnias del país protagonizan los desfiles de Carnaval de Bissau
En Europa estamos acostumbrados a los desfiles de carnaval en los que los disfraces ejercen de máscaras para evadirnos de la realidad, o hacer una crítica velada de la sociedad.
Sin embargo, en Guinea Bissau la fiesta de carnaval es una de sus manifestaciones culturales más auténticas, ya que muestra la esencia de su riqueza etnográfica tal como es.
Las calles de Bissau se llenan de personas venidas de todo el país, y de algunas de las 88 islas habitables del archipiélago Bijagó, para participar en la mayor representación artística de la cultura guineana.
Los preparativos para el carnaval comienzan 3 o 4 meses antes de la fecha en que tiene lugar. En los callejones de los barrios de la ciudad, niños y jóvenes comienzan a preparar las máscaras. En este momento se inicia una atropellada recogida de papel todos a la vez. Los sacos de papel que envuelven el polvo de cemento para las obras y que ya quedaron vacíos esparcidos por la calle son perfectos. Es la mejor materia prima para dar forma a las máscaras, el papel manchado con restos de polvo junto con agua da la combinación perfecta para tener un material maleable, que más tarde quedará muy duro cuando seque.
Cada uno pone sus manos y su idea sobre el personaje o personajes a representar y se ponen de acuerdo entre ellos.
«Después manos a la obra! amasan el papel y le dan forma»
La elaboración de las máscaras lleva meses, es un trabajo en equipo y todo el mundo aporta su granito de arena. Los premios concedidos por el gobierno a la mejor máscara, al final del carnaval, motivan a todos y cada uno de ellos, ya que se trata de premios que pueden llegar a 2 o 3 millones de franco cfas, lo que equivaldría a entre 3.000 y 4.500 euros.
Origen de las máscaras del Carnaval de Bissau
Como no podía ser de otra manera, los desfiles de Carnaval de Bissau rebosan de música de percusión, y de auténticas danzas ceremoniales, que reflejan la realidad de una sociedad que expresa sus sentimientos y su emotividad a través del arte.
Bailes que normalmente festejan una buena cosecha, o muestran el duelo tras el fallecimiento de una persona, y danzas que sirven para presentar el respeto a los ancianos o para anunciar la partida de los jóvenes de la tabanka al rito de iniciación del fanado, se fusionan convirtiendo las calles de Bissau en un desfile de carnaval absolutamente etnográfico.
Y es que en él participan gran parte de las etnias mayoritarias del país. Sus trajes les delatan, y sus máscaras confirman su procedencia. Los grupos étnicos más numerosos de Guinea Bissau son los Bijagó, al que pertenecen el 90% de los habitantes del archipiélago homónimo, y ya en el continente predominan las etnias Pepel, Manjakos y Mandingas, entre muchas otras.
Entre las máscaras más utilizadas en el Carnaval de Bissau destaca la de Nimba (“alma grande”), que para la etnia Nalu representa la diosa de la fertilidad y es venerada en las fiestas de cosecha y recogida del arroz. Esta máscara es grande e imponente y siempre se lleva sobre la cabeza y se adorna con espigas de arroz.
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Otra careta muy presente en los desfiles de Bissau es la del pájaro Koni, que según la etnia Nalu simboliza al espíritu del bien, en su lucha contra el espíritu del mal. La parte frontal de la máscara representa la maldad y la parte trasera la bondad que, al ganar la contienda, ocupa más espacio. Se realiza en colores muy vivos, y la persona que la lleva en la cabeza acompaña su desfile con movimientos coreográficos alusivos a esa lucha entre dos mundos.
El único personaje que siempre está presente en todos los desfiles del Carnaval de Bissau, y que es común para todas las etnias, es N´Turudu. Se trata de una figura que recorre la ciudad en busca de aquellos que durante el año no se han portado bien, para reprender su acción con ligeros toques de escoba. Ese recorrido se acompaña de una compleja expresividad a base de baile, música y coreografías únicas.
Todo ello hace que los desfiles de carnaval ejerzan de museos al aire libre, en los que es posible observar múltiples aspectos de la idiosincrasia del país, como es su veneración por la naturaleza.
Algo que queda patente en estas máscaras de gran riqueza estética, que recorren las calles de Bissau invitando a los visitantes a bailar al son de cánticos ceremoniosos y auténticos rituales de vida.
